21 nov 2011

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No se nos pasa la vida, porque hace tiempo que dejó de sucederse para ser por sí sola, un ente perpetuo repleto de instantes y momentos…más tarde los nombramos recuerdos. Y siguen sin pasar, porque siempre quedan, prendidos a nuestra perene memoria.

Reconozco que este día me pesaba más que otros, no quería llegar a él, otro veintiuno de noviembre más, como cada año…me negué en redondo a pasar la frontera de los veinticinco, como si al hacerlo dejase de ser aquella niña-adolescente. Pensé que me encontraría perdida avanzando hacía un futuro que nunca termino de ver claro, ¿acaso hay alguien que lo vislumbre mejor? A estas alturas lo dudo.

No pensaba escribir, hoy no, no quería hacerlo. Pero ha venido a mí meciéndose en las coordenadas de las notas que se escuchan desde la habitación contigua, tu estudio. No sé si estás pintando, retocando fotografías para tu próxima exposición o simplemente montando. Maquetando imágenes hasta formar una obra que perdurará hasta el fin de los tiempos…como nosotros y esto que hemos llegado a crear.

He encendido cada una de las velas de esta habitación de mar que me regalaste hace unos meses, solo para mí, envuelta de libros y conchas, hadas y duendes. Un espacio artístico donde encerrarme a escuchar lo que las musas susurran.

Solo mía, el mayor de los regalos que me has concedido después de ti.

No habría sido capaz de enderezarme sobre esta fecha sino hubiesen sido tus labios los que me han despertado antes del alba, dos veces, seguidas, únicas, irrepetibles…como cada amanecer. Dices que nunca consigues sorprenderme, será que tus ojos de niño te delatan, cuando en realidad lo haces cada día al quererme más y más, como nunca antes…nadie. Me has devuelto la alegría que perdí hace años cuando morí y renací en una playa que ya no es mía, que en realidad ya no existe porque dejó de ser a mi marcha.

Tú te has encargado de crear una nueva, una con espigón propio donde poder morar los sueños de verano, junto a un Bunker sólido para guarecernos de las adversidades del destino de otros…el nuestro es próspero, te lo aseguro. Solo tú has conseguido desplegar la magia que creía perdida, hacerla crecer a cada instante del día que compartimos, aunque estemos inmersos en nuestros respectivos mundos de creación. Tú y solo tú, capaz de coserme las heridas que conlleva el pasado, de luchar contra mis miedos, de apoyarme en la luz de tu alma.

Un pozo negro dijeron…pobres de aquellos que no saben ver la energía que emanas, esa con la que me envuelves, esa que ha conseguido arrancarme de los veinticinco y ayudarme a cruzar la frontera hacía los treinta.

A tu lado…siempre a tu lado.

Encontrarte, amarte, ha sido el camino difícil pero yo te escogí en el momento en el cual busqué tu mano aquella noche de San Juan. Tú a mí, en aquel bar de Barcelona que aún guarda nuestro secreto, el comienzo.

Y sigo aquí, sintiéndome más libre de lo que nunca fui…

A tu lado…siempre a tu lado.

Laura Butragueño (Iraunsugue Eternia)
Fotografía: De un rincón en el Maresme (LBR)