7 sept 2009

Au-Sen...ciA

El viento cálido volteaba sobre sus alas invisibles en las entrañas de la ciudad, la sensación de claustrofobia la sumió en un estado catatónico de ojos abiertos fijos en las vías, cada diez minutos pasaba ante ella un millar de pies y piernas que desaparecían tras las puertas móviles. Dejó pasar durante un buen rato todos los trenes, sin preocuparse de si debía subir o simplemente quedarse donde estaba, aferrada a los tres libros contra su pecho que se revolvían con sus historias y personajes aún desconocidos, todos menos uno.

-Ahora te llevo más hermanos –pensó, apretando más fuerte el primero de todos, el que había traído de ida entre sus manos desplazando una a una las páginas ya leídas….-Felicidad…

Algo latía precoz entre su corteza y sintió como el pelo revuelto se encrespaba baja como un escalofrío zigzagueante por su espalda semidesnuda, las alas de tinta batieron su nombre y terminó por incorporarse y acercarse a las vías.

-¿Y si salto? –Pensó -¡Qué muerte más sucia!

Sus sentidos colapsados comenzaron a expandirse en las entrañas buscando un lugar por donde liberarse, creando un espacio entre ella y el mundo. Los ruidos, los gritos, el sonido de una voz plástica que sorbía los pensamientos tras el megáfono. El tren paró y abrió sus puertas, entró veloz buscando el lugar recóndito donde sentarse a esperar la llegada de la estación prometida, no quería volver, pero arriba no quedaba más que una ciudad desconocida repleta de muchedumbre extraña. Se sentó al final del último de los vagones, en la cola del universo intentando no ser vista, pegando su cara contra el cristal blindado de huellas se dedicó a seguir cada mano, cabeza e imagen que habían quedado impregnadas en aquel cristal opaco. El rumor del tren la absorbió en un duermevela donde los pasillos largos y los andenes desiertos se la antojaban brazos gigantescos de una acrópolis sumergida en la tierra…agobio.

No se dio cuenta de que había aguantado la respiración hasta que los pulmones colapsados irrumpieron en bocanadas de aire tomando el ambiente frustrado de olores desconocidos, cuando el tren salió al exterior y pudo al final codearse en la noche. Se regocijó pensando que más allá de las tinieblas el mar se extendía bravo rompiendo suspiros contra las piedras, la dama de noche eclipsaba las nubes con un resplandor plateado, se dedicó a buscar estrellas, buceando entre las constelaciones hasta hallar el preciado tesoro solitario, azulado, que brillaba en la lejanía con fuerza.

Recordó, con el pasado agrietado entre sus dedos largos…
-Arual, ¿te gustan las estrellas? –la voz vacilante la llamaba con ojos de hoja desde el otro lado del largo balcón.

Se encaminó con sus piernecitas regordetas, desnuda y feliz hasta engancharse como un gatito con uñas afiladas a la falda de aquella mujer de caderas grandes y voz de pájaro.

-Sí, yo cazo estrellas cuando duermo iaia –dijo convencida de poder atraparlas con sus manitas de niña, alzándose al cielo, cerrando un ojito para con el otro disminuir las distancia y terminar abrazando el universo.

-Voy a regalarte una estrella, Arual –y la cogió entre sus brazos con aquel calor de madre añeja, salpicando sus delicadas mejillas con besos sonoros. –¿Ves aquella?, la que está solita entre las dos montañas.

La pequeña asintió chupándose el dedo índice para después con miedo e ilusión localizarla entre la espesura de los bosques antiguos, alzándose diestra y solitaria con un vaho azul que al envolvía en la noche despejada.

-Pues esa es para ti, y cuando yo ya no esté y te sientas sola siempre podrás buscarla donde estés, así sabrás que siempre iré contigo.

Una lágrima danzo despejando los ojos nublados de recuerdos, lamiendo la pintura perfilada de

color negro, desbordándose por las mejillas teñidas de noche. Recobró la compostura al conseguir alcanzar el horizonte y posarse sobre la estrella, la primera de la tarde, pensó que en realidad y aunque estuviese rodeada de gente, siempre, seguiría sintiéndose sola, como si fuese capaz de alcanzar la mano del niño durmiente tras el muro imaginario…y que fácil sería romperlo, y en verdad que fácil había sido.

Se trasladó a la realidad comparable intentando memorar minutos antes, horas, no más allá, pero todo lo ocurrido había sido tan solo un paseo entre el minuto descenso y los sueños ascensos, como si en verdad se hubiese convertido en un ser etéreo que moraba entre la risa y ahora, sola, la melancolía se enredase entre las pestañas llorándola el presente.

-No quiero volver –se escuchó a si misma decir por lo bajo, frente al cristal, a esa imagen de pelo revuelto que la devolvía la noche.

Observó sus dedos, las finas líneas de sus manos, persiguió el futuro escondido en cada surco intentando descubrir que había más allá de lo conocido, pero no alcanzaba a ver y se asustó por un momento, cuando siempre conseguía anticiparse a los cuentos y escribir lo que pasaría o dejaría de ser. Esta vez, el futuro era la nada ante sus ojos, y la pesaba la mano al recordar el bolígrafo que había sostenido horas antes para estampar la firma preciada. Meditó durante todo el trayecto, hasta que las ilusiones marchitas sucumbieron a los demonios y tuvo la sensación de que se perdía a sí misma, pero no como antaño, no como cuando se olvidaba de ser y su mente vagaba por parajes aguados de acuarelas resecas, esta vez debía parecerse más a la muerte del alma, porque por mucho que el tren avanzaba ella o parte de ella había quedado atrás, como si el seguir hubiese dejado de tener sentido.

-Quiero..quie..quiero…una casita con una habitación azul, y en el parque plantaré cabañas de hada y regaré al norte para que el musgo cobije a los duendes. Y por la mañana voy a…a…iaiaaaaaaaaa….voy a correr por la playa, pero prometo no caerme sobre los castillos de arena, ¿vale?

Pero iaia ya no contestó…

…estoy sola, sola, soy sola, ¡Soledad!

El ruido estridente recompuso su cuerpo y salió disparada del tren, buscando la calle cual alma que lleva el diablo corrió con las alas desgarradas acera abajo en dirección al aparcamiento. Y allí quedó, sola, sola, durante más de media hora en la misma postura, con los ojos rebosantes de lágrimas y tres niños de tinta contra su pecho…

Por la mañana, se ha despertado de un sueño, un extraño sueño donde corría con un vestido esperanza y el pelo de fuego por las calles de un pueblo de piedra blanca, corría en espiral entre sus casas bajas de puertas cerradas y ventanas azules, descendiendo, riendo a carcajadas perseguidas por un sueño, y reía y reía, y baja y bajaba entre las calles empedradas hasta llegar a la playa, y allí se ha desnudado hasta zambullirse a carcajadas balbuceando dos palabras que solo el mar conoce. Y había otras piernas y otras manos, y otra risa, y compañía…no quería despertar, la hubiese gustado quedarse mirando el mundo desde la profundidad del océano, en movimiento, el cielo se mueve al compás de las olas, y sus piernas danzan en risas, y lo ha escuchado reírse, fuerte, alegre….tan cerca.

Ha corrido tan aprisa que ha perdido la visión en varias ocasiones, al principio solo había árboles, musgo, campo, hojas resecas que crujían bajo sus pies al sentir la fuerza de la pisada, pero más tarde solo la mitad de un corazón jadeante entre la niebla esperanza, zigzagueante, espirales verdes, hojas, otoño…ya llega. Sola, contra el suelo ha sentido el peso de la pena y el mundo, mientras Renm caía junto a ella buscando la media melena donde soplar con su aliento perruno lleno de hierbas…así….pfffffffffff pfffffffffffffffffffffffffff….mientras el cabello le hace cosquillitas en sus ojos oscuro y mueve la cola de un lado a otro espantando demonios.

Ella, ha caído en la cuenta de que todo tiene que ver con los tres, y si el primero está hecho, listo, firmado…¿qué pasará con el resto? Se siente perdida, no la apetece buscar pero si ser buscada, no la apetece esperar más no la queda más remedio. Podría quedarse allí, tumbada, con frío, sintiendo la humedad del suelo hasta que llegue el invierno y Noviembre la nombre de nuevo, quizás, quizás y entonces….puede que nunca sea.

Iraunsugue Eternia

7 Atravesaron la realidad:

JuanMa dijo...

Será. Claro que será...
(Y no estará sola).

Lo sé porque me lo han dicho las estrellas.

Besos de dragón y llamaradas amigas.

Iraunsugue_Eternia (Laura Butragueño) dijo...

JUANMA: ¿Será?...¿no estaré sola?...¿qué más dicen las estrellas?...¿has hablado con destino?.... :(

Un abrazo fuerte de hada pequeñita y aleteos de un dragón triste y cansado.

P.D. Hoy me pesa el alma y me sobra el cuerpo, ¿me prestas una máscara?

Acuarius dijo...

Enhorabuena Eterna...
FELICIDADES por esa firma
Genio :D

Hyku dijo...

Tus cuentos siempre dibujan una realidad especial...

Besos rebuscados

Paco Mira dijo...

Buen cuento lleno de magia, con tu toque especial.

Un beso Hada de los sueños.

Iraunsugue_Eternia (Laura Butragueño) dijo...

ACUARIUS: Gracias, hermanito estelar :P

HYKU:...seguramente en la extraña realidad que vivo :)

Un beso encontrado.

MERL: Y un toque especial lleno de magia.

Jajaja, un beso MERLin ;)

haThus dijo...

Me duele pensar en lo sola que te has sentido, pero se que en realidad nunca lo has estado. El problema es que si no eres capaz de sentirte acompañada, es por que la persona que está a tu lado no sabe transmitirte su compañia, o por que se siente más sola que tu. Lo siento... pero aun puedes recuperar el tiempo muerto, ese ya quedó atrás, vive.

Abrazos sin soledad (Pues que yo recuerde había muerto en un terrible asesinato que nuna fue descubierto por el FBI)