8 ago 2008

Ekaitz


Bajo el monte Anboto Mari ha sucumbido al placer de la carne, Sugar amante, quién recorre su cuerpo lamiendo de fuego hasta ser de sus entrañas. Y en las convulsivas embestidas los gemidos se vuelven truenos, y la tormenta se desata bajo la expectante mirada de Urtzi, el cielo se vuelve negro.

Los zezen gorris mantienen sus puestos en la gruta de los sueños, Iraunsugue comienza a despertar de su letargo, alza las alas, ruge al viento y la gruta se ilumina con lenguas de fuego…y yo, tan solo, enmudezco.
Basajaun despeja al bosque con su caminar lento, mientras los árboles expanden sus ramas bajo el rayo que cruza el cielo, el universo en movimiento constante comienza a hacerse presente en mi memoria.

Lejos del hogar, las mediterráneas olas braman mi huida, me dejo llevar sobre las cúspides del mundo por un grupo de galtzagorris, que nerviosos sobrevuelan los montes en dirección a los bosques del norte. Sucumbo ante la sensación de serenidad que comienza a ser la dueña de mi ser, metamorfosis de niña en lamiak…

…Eternia despierta…Irati, la espera.

El bosque bajo el crepúsculo de una noche a media luna, las hayas se estremecen bajo el paso de mi aura, y el brillo guía el sendero hasta calmar la sed, en el río donde fue a morir la lamiak de este hayedo. Renazco bajo las frías aguas pirenaicas, la magia corre y el monte enjaula silenciosos secretos, me adentro en las profundidades de este mundo etéreo.

Y me hago de rama y del canto de las sorginak que entonan a lo lejos, mientras danzan con lenguaje antiguo alrededor del fuego, la txalaparta es sueño de nota en la noche.
Me dejo guiar hasta sentirme viva, mientras los entumecidos sentidos comienzan a hacerse de naturaleza mía.

Caigo y muero en la tormenta de la diosa, me confundo entre las calles de pueblos inventados en la piedra y la roca, maderas verdirojas.

Mi hogar, mi añorado hogar….y no quiero abrir los ojos ante la realidad que pueda mostrarme esta noche el mundo, ¡oh no! Esta noche no…hoy tan solo soy parte del bosque, añoranza de la tierra y los pirenaicos montes.

Iraunsugue Eternia
Fotografía-Atardecer en la Selva de Irati, Nafarroa 2007

4 Atravesaron la realidad:

JuanMa dijo...

En mi corazón también late la añoranza de esa misma tierra...

Besos hoy todavía más próximos y rugidos en la tormenta.

Iraunsugue_Eternia (Laura Butragueño) dijo...

JUANMA: ¡Oh compartimos dragones y tierra! que gran noticia... :)

Besos del norte y rugidos pirenaicos.

Max dijo...

Qué bonita descripción. Hasta puede respirarse el viento pirenaico y ese olor a verde húmedo.

Besos

Iraunsugue_Eternia (Laura Butragueño) dijo...

MAX: Déjate llevar pues por ese viento, hasta hacerte partícipe y vivir el cuento.

Besos